Educar para Mitigar.

Prof. Aguedita Coss de Gómez

 

Dentro de la “cultura general del venezolano” hablar de terremotos está considerado como pavoso, esto responde a mi modo de ver a la percepción que tenemos que a nosotros nunca nos ocurre nada malo, “Eso” le pasa a los otros. Esa visión tan positiva nada despreciable por una parte, no nos permite ser previsivos ya que subestima realidades latentes y nos excluye de formar parte de la prevención y planificación de los posibles sucesos. Otra postura puede ser entre muchas la de considerar la posibilidad de un sismo, sin miedos pero de una manera responsable y así formar parte de la solución del evento.

La dinámica geológica reciente ha mantenido a nuestro planeta en un proceso natural, de constante movimiento, en los últimos meses se han registrado numerosos sismos de considerable magnitud. No podemos obviar que habitamos un país con cerca de un 40% de territorio amenazado por actividad sísmica, y que un 80% de la población habita en zonas de riesgo y que en nuestra historia contemporánea se han registrado movimientos telúricos de gran importancia habiéndolos presenciado incluso muchos de nosotros.

El objeto de este artículo no es alarmar ni crear pánico ( otro argumento de nuestra imaginería) por el contrario es el de alertar para estar preparados ante cualquier eventualidad, primero que nada como individuos, luego como familia, como condominios, como comunidad, como ciudad y de esta manera como nación. Claro que ante una emergencia el Estado y cooperación internacional tienen un rol importante, pero en el momento inicial tenemos que dar el paso como sociedad organizada y no esperar que la solución (ni en esta ni en muchas otras) venga toda de una política estatal.

Si ante los sucesos acontecidos en Vargas que ya tenían un precedente reciente, con los eventos de 1949 y 1951, así como también en el caso del Río Limón en 1985 y la tormenta Brett en 1993, se hubieran realizado campañas educativas y de concientización con el objetivo de que estos hechos estuvieran internalizados en el colectivo y formase parte de su realidad geográfica otra sería la historia.

Entonces ¿como podemos utilizar este potencial de solidaridad que demostramos ante la tragedia de Vargas y otras?. Pienso que ese esfuerzo y caudal de voluntades también lo podemos canalizar hacia la planificación y prevención, y así prepararnos para un evento de esta o de cualquier otra naturaleza.

De manera individual: tomando conciencia que estos fenómenos naturales son una realidad y que nadie está exento de vivirlos, en la medida que lo asumamos sin temores, si bien esto no lo evitará, nos ayudará a sobrevivirlo con mayor seguridad.

Familiarmente: Es recomendable estar informados de que hacer antes, durante y después del sismo, principalmente a los niños. Por otra parte preparar un morral individual por cada integrante de la familia con lo básico de pertenencias (ropa, impermeables, botas, si hay niños: pañales y otros.) que no sea muy pesado para facilitar su traslado y otro morral de supervivencia general para la familia, (ver recomendaciones finales) que le permita subsistir por tres días hasta llegar ayuda , si esto fuere necesario o sino hasta normalizarce la situación.

En los condominios: realizar un plan de evacuación de la edificación o conjunto residencial, tomando en cuenta las vías de escape tales como escaleras, puertas, etc. Ubicar los puntos de control de los servicios: agua, gas, electricidad, etc. Tener todos los requerimientos que prevé la normativa de bomberos (extintores, etc.).

Como comunidad: la sociedad civil organizada (ONG, asociaciones de vecinos, universidades, grupos religiosos, profesionales conocedores de la materia que vivan en la zona, entre otros), consciente de sus necesidades y su espacio comunal apoyada en los entes municipales y organismos internacionales, puede elaborar un plan preventivo para casos de emergencias. En este se detectarían edificaciones sísmicamente vulnerables, localizando redes de servicios urbanos potencialmente riesgosos (gas, cableado eléctrico, bombas de gasolina). Edificaciones claves: edificaciones hospitalarias, escuelas, iglesias, abastos, mercados, farmacias, así como también áreas despejadas (plazas, parques) aptas para triaje y concentración de refugiados. También sería oportuno la conformación de un centro de acopio local permanente. Este tipo de planes se han desarrollado en el CENAMB UCV, para el Municipio Chacao, Dtto. Federal y actualmente para el Municipio Valencia, Edo. Carabobo.

Por último si los núcleos de una urbe conocedores de sus limitaciones y potencialidades están organizados, tendremos ciudades que pueden dar respuesta inmediata a la solución de problemas propios o vecinos, en casos de emergencia y por lo tanto una nación preparada ante cualquier eventualidad.

MORRAL DE SUPERVIVENCIA BÁSICO FAMILIAR

MORRAL DE SUPERVIVENCIA BÁSICO INDIVIDUAL

ANTES DEL MOVIMIENTO SÍSMICO

EN EL HOGAR

EN EL LUGAR DE TRABAJO

DURANTE EL MOVIMIENTO SÍSMICO

EN EL HOGAR, EN EL TRABAJO Y LA ESCUELA

EN EL VEHÍCULO

EN LA PLAYA

DESPUÉS DEL MOVIMIENTO SÍSMICO

EN EL HOGAR

Resumen de la compilación realizada por Pedro Pérez Ramírez y Víctor Quintero Guillen impresa por el Servicio Autónomo Geografía y Cartografía Nacional, Caracas, Octubre 1995.