De la separación entre los científicos y el resto de la sociedad
Prof. Wilfredo Acosta. Investigador del CENAMB
El ambiente no es reducible al medio o entorno natural " que rodea al Hombre"; ni tampoco a las cuestiones solamente ecológicas. El ambiente, desde nuestra perspectiva integral y compleja, es la totalidad viviente de este planeta que incluye desde lo natural ( corteza terrestre, plantas y animales...) hasta el Homo Sapiens en toda su diversidad social y cultural. De esta manera, cuando hablamos de ambiente, tenemos que incluir también los problemas y logros que presenta la Humanidad en su aventura cultural en este Tercer Planeta.

Esta necesidad de definir lo ambiental como una totalidad integral, contínua, que une todo lo existente en la Tierra en una sola y compleja organización (con sus conflictos y alianzas), lo consideramos vital para plantear una de las escisiones más lamentables que se han operado en la cultura moderna: entre los científicos y el resto de la sociedad.

Para ello me valgo del caso de la zona que denomina el Ministerio del Ambiente Alto Río Tuy: el espacio geográfico que va desde lo más alto de las montañas de La Colonia Tovar, donde nace el RíoTuy, hasta las inmediaciones del pueblo de Tácata, pasando por El Jarillo, Los Teques, Las Tejerías, El Consejo y Paracotos, entre los poblados mas conspicuos del Alto Tuy.

En la mayor parte de este territorio la población humana padece de una aguda escasez y racionamiento de agua potable; paradójicamente, cuando analizamos los balances climáticos y los datos de caudales de los principales tributarios del Río Tuy (Qda. Maitana, Río Cagua, Río Guare-Mesía, entre otros) nos encontramos con volúmenes de agua relativamente importantes, capaces de abastecer, de manera regular y suficiente a toda la población actual del AltoTuy. Esta contradicción por lo demás, no es exclusiva de esta zona, pues más inaudito es saber y sobre todo padecer tal situación en Ciudad Bolívar y Puerto Páez ¡al lado del majestuoso Orinoco¡. No hay duda que esta es una de las grandes contradicciones ambientales de nuestro país; que refleja una forma de organización social y territorial ineficaz y de poca equidad .

Volviendo al caso del AltoTuy, a la vez que padecen esta crónica escasez de agua potable, sectores como el eje El Consejo - Las Tejerías presentan un alto nivel de contaminación del río Tuy y varios de sus afluentes. En una encuesta que realizamos, encontramos que el 75 % de los entrevistados (tanto humildes pobladores como industriales) no sienten como un problema grave esta contaminación del Tuy, pues, para ellos es más agobiante, el crónico desempleo (por encima de la media nacional y regional) y el sempiterno racionamiento del agua (su principal fuente de consumo son las aguas subterráneas).

El Ministerio del Ambiente encomienda un estudio técnico a un equipo de científicos japoneses ( donde por cierto no hubo "contraparte" venezolana) para que busque soluciones para "El Mejoramiento ambiental del Alto y Medio Tuy". El equipo de científicos, luego de un arduo trabajo de dos años, presenta un conjunto de medidas. Entre éstas, recomiendan la instalación de sendas plantas de tratamiento de las aguas contaminadas en Las Tejerías y Ocumare del Tuy, dos de los focos principales de polución industrial y residencial; asimismo contemplan la aplicación de un impuesto a los residentes de estas zonas para pagar el funcionamiento de las plantas de tratamiento.

Del conjunto de proposiciones ninguna se refiere a los mas graves problemas ambientales que padecen los Altotuyeros (humanos, sin hablar de los ecosistemas lacerados de esta zona): el desempleo y la falta de agua potable. Nos enteramos que la finalidad de este estudio de "Mejoramiento Ambiental del Alto y Medio Tuy" no es , paradójicamente, mejorar el ambiente del Alto y Medio Tuy, sino asegurar el abastecimiento de agua para Caracas (de la Toma del Tuy I en Yare); sin embargo, los Tejereños y Ocumareños, tendrán que pagar con un impuesto especial los costos de tratar las contaminadas aguas del Río Tuy ; lo que, sin embargo, no les servirá para saciar su sed, por lo que tendrán que continuar padeciendo su acostumbrada escasez del " preciado líquido".

Cuando vemos la composición del equipo de científicos que realizó este estudio y la manera como trabajaron para arribar a estas propuestas, nos damos cuenta que estuvo integrado exclusivamente por expertos sanitarios; de allí, el fuerte sesgo hacia lo técnico- sanitario de las medidas; el respetable equipo japonés jamás tuvo contacto con la gente de la zona, ni siquiera con los empresarios e industriales, mucho menos con los pobladores de cerros y quebradas que habitan en Las Tejerías; apenas tuvieron dos reuniones con algunos "escogidos" científicos venezolanos para "entrenarlos" en los conocimientos ambientales del equipo lejano oriental.

A nuestro modo de ver, subyace una concepción parcelada y elitesca de la ciencia y del ambiente, no muy distinto al que ocurre con gran parte de nuestros científicos y técnicos venezolanos que egresan de nuestras universidades y tecnológicos. Se asume al ambiente, como algo distinto y fuera de los seres humanos concretos y reales que lo conforman; se considera que el científico es un ser a-social, cuya producción de conocimientos no se debe "contaminar" con el que tiene la gente común ; de tal manera, que las soluciones ambientales, lejos de surgir del consenso creador de todos los miembros de la sociedad en este GAIA (Planeta Viviente), deben salir de los ungidos científicos asépticos.

Una concepción y praxis del ambiente integral y articuladora pueden contribuir de manera radical a acercar más a los científicos y al resto de la gente y, a la vez, en el mismo movimiento impulsor, a enfrentar la cada vez mas agravada destrucción de nuestro ambiente, incluyendo la de nuestras culturas.