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Cambio de paradigma
Profesor Esmelin Graterol, Coordinador de la Maestría de Gerencia Empresarial de la UCV
Prof. Esmelin Antonio Graterol Guzmán (*)
No podemos esperar hasta que el mundo cambie, ni hasta que vengan nuevos tiempos que nos hagan cambiar a nosotros, ni esperar que llegue la revolución y nos arrastre en su nueva carrera, el futuro somos nosotros mismos, nosotros somos la revolución.
Las nuevas épocas históricas siempre nacen de nuevas perspectivas, de nuevas formas de ver las cosas. La humanidad ha pasado por muchas y dramáticas revoluciones del conocimiento, grandes saltos, liberaciones repentinas de límites antiguos. Hemos aprendido a comunicarnos, a volar a explorar. Todo esto ha traído consigo un cambio de paradigma que nos ayuda a comprender el proceso de emergencia de una nueva perspectiva; el cómo y el porqué de los obstáculos con que nos tropezamos, de una terca resistencia al cambio.
¿Qué es un Paradigma?, es un marco de pensamiento, es un esquema de referencia para entender y explicar ciertos aspectos de la realidad. Un cambio de paradigma supone un modo nítidamente nuevo de enfocar antiguos problemas.
Todo nuevo paradigma implica un principio que había estado ahí desde siempre, pero que hasta entonces no habíamos reconocido. Incluye también la antigua concepción de una verdad parcial, como un aspecto de la realidad, del modo como las cosas funcionan, sin que ello implique que no puedan también funcionar de otra manera. Esto nos permite transformar los conocimientos tradicionales y las rebeldes observaciones nuevas, reconciliando sus contradicciones aparentes.
El nuevo marco es más útil que el antiguo, ya que permite predecir con mayor precisión, y abre puertas y ventanas a nuevos vientos exploradores. Las nuevas ideas tienen mayor alcance y poder, podríamos esperar que se impusiesen rápidamente pero eso casi nunca sucede. El problema estriba en que no se puede abrazar el nuevo paradigma sin soltar el antiguo.
Los nuevos paradigmas son casi siempre recibidos con frialdad, incluso entre burlas y con hostilidad; la nueva idea aparece a primera vista como rara, confusa. La nueva perspectiva exige un giro mental tan pronunciado que nos parece un poco difícil y hasta dramático. La crisis que padecemos nos evidencia la traición que le hemos propiciado a la naturaleza, no hemos querido entender la ley de causas y efectos. Hemos identificado la buena vida con el alto consumo material, hemos deshumanizado el trabajo y lo hemos hecho innecesariamente competitivo, nos estamos sintiendo inseguros acerca de nuestra capacidad de aprender y de enseñar.
Los gobiernos se vuelven cada vez más complejos, mentirosos e irresponsables y los sistemas de seguridad social se encuentran una y otra vez al borde del colapso.
Pero contra esta desidia se están produciendo cambios profundos de paradigma y estoy claro y confiado que el futuro está en manos de quienes puedan ofrecer razones para vivir y para deparar a las generaciones del mañana un mundo nuevo. Esto es ante todo un espíritu nuevo, una nueva forma de pensar.
