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“Firmas con sello ucevista”: Los riesgos del tabaco
Elias M. Chuki Rivas
El fumar cigarrillo es, sin lugar a dudas, el factor de riesgo conocido más importante en el desarrollo de las enfermedades crónicas pulmonares obstructivas (Enfisema y Bronquitis). Alrededor del 20% de los fumadores evolucionarán hasta este padecimiento, pero un mayor porcentaje de los pacientes con Enfisema o Bronquitis tienen como antecedente positivo, el hábito tabáquico. El riesgo se ha relacionado con el número de cigarrillos que se ha fumado (índice paquetes/año; resultado del número de paquetes de cigarrillos por día, multiplicado por los años de consumo), la edad de inicio y la profundidad de la aspiración.
El fumador tiene un riesgo de presentar una afección pulmonar de 10 a 30 veces mayor, en comparación al no fumador. Los efectos del humo del cigarrillo sobre la estructura y función pulmonar están bien establecidos; con el tiempo se produce una acción irritativa directa sobre los bronquios, que trae como consecuencia estrechamiento de estos conductos, con dificultad al paso libre del aire hacia los pulmones, mayor producción de moco, tos característica, y susceptibilidad a las infecciones. Este proceso, reduce la capacidad pulmonar de la ventilación, limitando la realización por parte del individuo, de actividades que requieran esfuerzo, (subir escaleras, caminar 3 cuadras, relaciones sexuales) y que manifiesta como malestar principal, la aparición del cansancio fácil o disnea.
En términos generales, el joven comienza a fumar para entrar en “armonía” con el grupo donde se relaciona socialmente, luego el cigarrillo se convierte en un elemento de apoyo para calmar estados de ansiedad y depresión, pudiendo llegar hasta la dependencia psicológica.
La práctica de una disciplina deportiva a partir de la infancia y la adolescencia, previene la adopción de este hábito, perjudicial para la salud. El deporte garantiza, una mejor adaptación y maduración, psicológica y social, además de afianzar un desarrollo físico saludable.
El inicio de actividades aeróbicas, una vez omitido el hábito tabáquico, permite recuperar la capacidad pulmonar disminuida. Si se lo propone, logrará vencer este flagelo, que todos conocemos, muchos lo “disfrutan”, y otros tantos son víctimas de sus consecuencias.