El Reforzamiento Positivo en el Judo

Lic. Carles Ventura - Psicólogo

 

 

La mayoría de interacciones humanas suponen establecer una relación y influencia sobre las otras personas.  En el deporte y de forma concreta en el judo, el entrenador debe de establecer unas buenas relaciones con sus alumnos además de ocupar un papel de suma importancia en el desarrollo técnico, táctico, físico y también psicológico de estos. 

 

El presente artículo pretende dar unas breves pautas a los entrenadores de judo para que apliquen de manera correcta el reforzamiento durante sus entrenamientos y competencias deportivas y con la cual, mejorar la relación entrenador-alumno y aumentar la motivación por parte de éste último.
 

 

El refuerzo positivo es un concepto fundamental en la psicología del aprendizaje y se entiende como la presentación de un estímulo o situación apetitiva para el sujeto, contingente – relacionada – con la emisión de una conducta, y que tiene como finalidad un incremento de dicha conducta.
 

 

Con  el refuerzo positivo, el entrenador pretende consolidar conductas deseables, con lo cual aumentar la motivación del judoka, y esto lo hace presentado estímulos o situaciones agradables de manera contingente a la emisión de una conducta. Por ejemplo, felicitar verbalmente a un judoka después de conseguir realizar una buena ejecución técnica “¡muy bien Pedro, esto ha estado muy bien, felicidades!. 

 

¿Cómo debe actuar el entrenador?, Es decir ¿qué debe reforzar?, ¿con qué? y ¿cuándo?

 

El entrenador debe:

 

Seleccionar qué conductas serán reforzadas ( realizar una buena ejecución, un buen combate, conductas asociadas al compañerismo y a la cooperación, etc...)
Es importante que las conductas seleccionadas sean lo máximo de específicas. Es decir, no es lo mismo decir:“ que los alumnos sean respetuosos” que: “ saludar al entrenador, al árbitro y al oponente al iniciarse un combate”. En el primer caso, ¿qué significa ser respetuoso?, debemos ser claros y no dejar opción a la ambigüedad. Es decir, el alumno debe de conocer sobre qué será reforzado.

 

Seleccionar qué reforzadores se utilizarán
Este aspecto es muy personal y por dicha razón el entrenador debe de conocer qué es lo que les gusta a sus judokas, pero estaremos todos de acuerdo que una un abrazo, un aplauso, una felicitación, alabanza o elogio verbal como “ bien, correcto, me ha gustado, etc... “ a todo el mundo le gusta.

 

En judo, se utiliza un potentísimo reforzador: el cambio de cinturón, el cual mantiene la atención y motivación. De la misma manera, una medalla, un trofeo...., también actúan de potentes reforzadores.

 

Deberemos inicialmente reforzar mediante elementos materiales (premios) para que de forma progresiva, sea el propio judoka quién se “autorefuerze”: “Voy a conseguirlo”; “que bien lo estoy haciendo”, etc.

 

Es importante considerar en este punto, la fuerza que puede tener elogiar a un alumno al realizar una buena acción técnica o un buen comportamiento ante toda la clase. En muchas ocasiones, la gente no se mueve únicamente por el reforzamiento “material” sino que ocupa un gran papel el “reforzamiento social”, por ejemplo “el alumno con mejor comportamiento del mes”.

 

El momento correcto en dar el refuerzo

 


Inicialmente el refuerzo debe de ser inmediato a la conducta o acción correcta. No es un buen método durante las primeras fases de aprendizaje felicitar o elogiar a un alumno al realizar una buena acción al finalizar la clase, ya que seguramente este no podrá establecer la relación entre el comportamiento y el elogio. Se debe de reforzar lo antes posible después de un buen comportamiento y/o acción.

 

Posteriormente, ya  no será necesario reforzar SIEMPRE y INMEDIATAMENTE las conductas o acciones positivas. De manera gradual aumentaremos el tiempo entre al conducta y el refuerzo y su frecuencia ( número de veces que se da el reforzamiento. De esta manera podremos centrar la atención en el refuerzo de otras conductas o acciones técnicas / tácticas.

 

 

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