La Masturbación

por el Dr. José Manuel Martín G.

 

 

Existen tres momentos determinantes en el desarrollo sexual de los seres humanos: uno es cuando nacemos y se nos asigna el sexo por los genitales que tengamos. El segundo comienza entre los cuatro y seis años, cuando los niños aprenden a comportarse de acuerdo a los patrones culturales que la sociedad le enseña como parte de su género sexual. El tercer momento es en la adolescencia, donde el joven reafirmará y decidirá su sexualidad.

 

Para los adolescentes, descubrir su identidad sexual va asociado generalmente con el encuentro de sus órganos sexuales. Pero no es durante esta fase que comienzan los ejercicios del autoplacer. Desde niños, existe la curiosidad instintiva hacia los genitales.

 

Por ello, es absolutamente normal que antes de la pubertad los niños practiquen sexojuegos. Alrededor de los dos o tres años exploran su cuerpo, el de sus progenitores y el de sus hermanos y amiguitos. También es normal que hagan preguntas sobre su sexo, pero no lo harán sobre sus autojuegos íntimos.

 

El autoplacer y la curiosidad instintiva de los genitales es natural y es frecuente durante la infancia y la adolescencia. Las estadísticas del Instituto Kinsey, nos demuestran que la masturbación es común entre las muchachas aunque no se masturban tanto como los hombres. En la muestra de mujeres de 18 a 30 años de edad, un 37% expresaron que se masturbaban durante la infancia, y más del 75% lo hicieron durante la adolescencia. En los hombres, llega a más del 54% entre los infantes y el 90% entre los adolescentes.

 

Muchos jóvenes están demasiado asustados o avergonzados como para hablar con sus padres y estos a su vez se sienten molestos y confundidos si hablan de ello.

 

Tendríamos que preguntarnos el por qué de esa vergüenza ante un hecho tan natural como la masturbación.

 

La respuesta apunta a los años del oscurantismo medieval. Por esto, masturbación proviene etimológicamente de este término, Manu Stuprare y significa cometer una violación del propio cuerpo con la mano. (Como si uno pudiera "autoviolarse").

 

En los Libros Penitenciales, en donde se establecían los castigos religiosos ante los "pecados", los delitos sexuales eran más del 66% de los "pecados conocidos". Por ejemplo, se penaba con 7 años de ayuno la masturbación femenina y entre 12 a 15 años, la masculina.

 

Alguien que se masturbe no es ni bueno ni malo, simplemente aflora como parte integral de las necesidades psicofísicas a través de todos los tiempos y en todas las sociedades conocidas. La única excepción es cuando no puede evitarse o cuando es elegida excluyendo la posibilidad de mantener relaciones con otra persona. En estos casos se requiere ayuda profesional.

 

Nosotros no sabemos si es o no pecado masturbarse, eso se lo dejamos a las religiones, lo que sí sabemos es que es normal que los seres humanos lo hagan. Es una forma de reconocerse corporalmente y de descubrir la sexualidad.

 

Es más una circunstancia hormonal, que una cuestión moral. 

 

 

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