Historia de la Escuela de Economía

Escuela libre de Ciencias Económicas y Sociales (1938)

 

La Escuela se fundó en 1938 como la Escuela Libre de Ciencias Económicas y Sociales, en un ambiente donde se reconocía la imperiosa necesidad de formar profesionales capacitados para emprender la modernización del país. La aspiración de “sembrar el petróleo” exigía de manera perentoria la creación de un espacio académico consagrado al estudio de la economía. Par afrontar tales desafíos era indispensable otorgar prioridad a la formación de especialistas en aptitud de diseñar nuevas estrategias económicas. Sin embargo, ninguna de las universidades nacionales había considerado todavía la posibilidad de crear una escuela consagrada al estudio de la ciencia económica.

 

El gobierno presidido por Eleazar López Contreras acometió sustanciales cambios en materia económica y social con la distinguida cooperación de Alberto Adriani, quien había realizado estudios doctorales en la Universidad de Ginebra y luego en Londres. Esta notable figura, junto a otros especialistas, tuvo un papel primordial en la formulación del Programa de Febrero de 1936, compendio de un amplio proyecto de transformación económica y social. El plan enfiló sus baterías en la lucha contra el analfabetismo, extendiendo su interés desde los jardines de infancia hasta la educación superior. Adriani advirtió que la modernización no sería posible si no se contaba con los recursos humanos apropiados, por lo que en el Programa de Febrero se propuso de manera clara y precisa el siguiente objetivo: “Reorganización de nuestras dos universidades, con inclusión de Facultades de ciencias económicas y sociales. Estudio de un sistema que salvaguarde los intereses superiores del Estado y asegure, al mismo tiempo, la autonomía de las universidades en lo concerniente a su régimen interno”.

 

La participación de Adriani fue decisiva para esbozar las grandes líneas de la futura política económica. Ocupó por breve tiempo el Ministerio de Agricultura y Cría, recién creado en 1936, y luego se desempeñó en la cartera de Hacienda con la finalidad de propiciar su reestructuración. Aunque su paso por la administración pública fue fugaz -falleció en agosto de 1936– dejó huellas imborrables en la nueva orientación de la acción del Estado.

 

Por fin, uno de los anhelos de Alberto Adriani se cumplió en 1938 al materializarse la creación de la Escuela Libre de Ciencias Económicas y Sociales. La iniciativa concreta fue asumida por Arturo Uslar Pietri, José Joaquín González Gorrondona, Tito Gutiérrez Alfaro y José Manuel Hernández Ron. La inauguración de la Escuela tuvo lugar el 28 de octubre de 1938, acto en el que Arturo Uslar Pietri pronunció el discurso de orden exaltando la trascendencia del estudio metódico de la disciplina económica en Venezuela.

 

Al dirigir nuestra mirada a otros países del continente, observamos que a principios del siglo XX solamente existían carreras universitarias de economía en Perú y Argentina. No fue casual que Brasil, México, Uruguay y Chile fundaran sus respectivas escuelas en dicha especialidad en los años treinta, en medio de los estragos provocados por la crisis mundial, situación que había generado la imperiosa necesidad de redefinir la orientación de las políticas económicas. Sin embargo, en Venezuela fue menester esperar hasta la desaparición de la dictadura gomecista para iniciar una verdadera apertura en el terreno de los estudios universitarios. Si bien nuestro país fue uno de los últimos en poner en práctica dicha experiencia, se destacó por ser el único que en Latinoamérica abrió las puertas a una concepción amplia e integradora del saber mediante la creación de una Escuela de Ciencias Económicas y Sociales. Es decir, el análisis de lo económico estuvo estrechamente ligado desde el principio a la problemática social. Este rasgo distintivo respondió seguramente a la peculiar formación recibida por Adriani en la Universidad de Ginebra, más específicamente en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, fundada en 1915.

 

La vieja sede de la Universidad Central, frente al Capitolio, fue el espacio que albergó durante varios años a la Escuela Libre de Ciencias Económicas y Sociales. José Joaquín González Gorrondona, doctor en finanzas de La Sorbona, asumió las funciones de decano, ad honorem, a lo largo de toda la primera década, que estuvo poblada de múltiples obstáculos por la insuficiencia de profesores para dictar los cursos.

 

Catorce fueron los primeros graduados en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales en 1942: Antonio Moisés Alvarado, Jesús E. Angulo Urdaneta, Régulo Briceño Bastidas, Humberto Cárdenas Becerra, Oscar Delepiani Gilly, Luis Cornelio Hueck, Salvador Lairet, José Rafael Liccioni, Bernabé Llovera Llovera, Sósimo Molina, Rafael Padrón, José Padrón Irazábal, Héctor Santaella y Enrique Tejera París.

 

Los primeros años de la Escuela de Ciencias Económicas y Sociales se situaron en un momento histórico crucial en que el Estado comenzaba a asumir nuevas responsabilidades económicas y sociales. Para ello era indispensable formular un diagnóstico preciso de la economía nacional, que permitiera luego trazar las estrategias más adecuadas para alcanzar la modernización y la diversificación del aparato productivo. Se abrió así en la Universidad Central un espacio para el análisis de la realidad económica venezolana y también para la discusión académica.

CIUDAD UNIVERSITARIA DE CARACAS
"PATRIMONIO MUNDIAL" (UNESCO, 2000)

"La mejor garantía de conservación de los monumentos y de las obras de arte viene del afecto y respeto del pueblo, y ese respeto asienta sus bases en la educación y en el fomento de su conocimiento". (Carta de Atenas, 1931)