- Año de Creación: 1941
- Número de Escuelas: 1
Número de Institutos: 1 - Decano: Dr. Carlos Ciangherotti
La primera mujer farmacéutica de nuestra Universidad
Para ésta edición quisimos dedicar un artículo a la señorita Fernández Bawden, primera mujer Farmacéutica de ésta Casa de Estudios, para lo cual decidimos extraer parte de un artículo publicado por la Revista de nuestra Facultad escrito por el Farmacéutico Víctor Manuel Ovalles, quién dedicó unas hermosas palabras a su tan apreciada amiga, esperamos disfruten de éste resumen.
Víctor Manuel Ovalles
El Jurado para su examen integral fue constituido por los doctores Juan Arráiz, Luis codecido, Félix Lairet, Henrique García y F. Vélez Salas, resultando calificada Sobresaliente.
La Señorita Fernández Bawden había obtenido su título de Bachiller en Filosofía en el colegio Nacional de Barquisimeto, demostrando grande aprovechamiento y amor al estudio.
El doctor Diego Carbonell, rector de la Universidad Central de Venezuela el tomó el juramento y la invistió solemnemente con el título de ley, siendo la primera farmacéutica titular que ingresa en la profesión en nuestro país.
El proceso de los estudios dela señorita Fernández Bawden constituye una odisea dolorosa, y sólo una mujer de temperamento luchador como el suyo, que a fuerza de perseverancia llegó a las veces hasta la terquedad, ha podido triunfar delos obstáculos que le opusieron el egoísmo, la envidia y la mezquindad a una débil mujer..!
Por ello, en el día de su triunfo, siento, no solo regocijo, sino una íntima satisfacción, porqué veo cómo su poderosa voluntad al fin ha salido vencedora.
¡Salve María!
La señorita Fernández Bawden empezó un curso de Medicina en 1916, e cal tuvo que abandonar por motivos ajenos de su querer.
Dos años después, se graduó de enfermería, distinguiéndose siempre por su inteligencia y aplicación.
Y desde 1920 a 1924, estudió Farmacia con e brillante éxito que acaba de obtener.
Bien merece la señorita Fernández una favorable acogida y una franca protección de parte de los compañeros de gremio, por ser la primera mujer que se aventura por los atajos y vericuetos de la profesión y poseer ella calidades de inteligencia, seriedad y amor al estudio.
Porque la señorita Fernández Bawden no lucha por el colorete y los taquis miquis del flirt.
Ella lucha por la ciencia, por la humanidad, desde luego que tiene un alto concepto de la misión de la mujer.
Y es oportuno que diga que no soy feminista sincero; pero no de los que pretenden que la mujer vaya a la plaza a disputarle el voto al hombre en los comicios y que de ahí pase al batallón.
Yo aspiro a que la mujer se le abra la ancha vía de la Ciencia, delas artes, del comercio y la industrias; pero que en ningún caso deje de ser mujer, porque tanto marisabidilla como el virago, o marimacho, me crispan los nervios.
La Farmacia, por ejemplo, es una carera que se adapta bien a la honestidad, la gentileza y los refinamientos espirituales de la mujer.
Su paciencia y la delicadeza de sus manos son propias para el manejo de la balanza, la probeta y el microscopio; la espátula y el mortero, para el ejercicio del recetario.
Tanto más, que si la Farmacia es ciencia, también es arte, y como tal, requiere gusto; y el espíritu de la mujer es instintivamente artístico.
Y al terminar estas líneas de amistad y compañerismo que consagro a nuestra primera farmacéutica, le repito:
¡Salve María!